Sexo y cáncer de mama no son incompatibles: ¡Disfruta!

Las investigaciones lo confirman, afirma la revista Journal of Sexual Medicine, pero la realidad lo demuestra: sexo y cáncer de mama son compatibles.

Para la mayoría de mujeres, tanto el diagnóstico como el tratamiento afectan gravemente a su vida sexual.

Al principio, se debe a la parte obvia, como son cambios físicos, cansancio, náuseas o dolor. Esto es algo temporal, por lo que deben primar la tranquilidad y confiar en que llegará un punto en el que esos efectos del tratamiento farmacológico desaparecerán. Después podemos plantearnos terapias personalizadas postratamiento, como la cirugía estética. Es imprescindible tener en cuenta que la imagen no es lo que nos define y la salud psicológica es la que va a determinar nuestra aceptación, pero puede ser un empujón, una vez se haya finalizado la fase de diagnóstico y quimioterapia.

¿Cómo vivir saludablemente la sexualidad y el cáncer de mama?

Para todas las que están preocupadas por la manera en la que la enfermedad puede afectar a sus relaciones o cómo y cuándo hablarlo con sus amantes: existen diversos caminos para reducir el impacto en el sexo y cáncer de mama.

Lo primero es hablar con los expertos para saber las consecuencias que el tratamiento puede ocasionar y encontrar un mejor consuelo ante esta situación.

Aunque es cierto que la terapia hormonal baja los niveles de estrógenos y, a priori, puede disminuir la libido o generar mayor sequedad vaginal, ninguna de estas razones tiene peso suficiente, a nivel orgánico, para impedir disfrutar de tu cuerpo.

También es cierto que, en algunos casos, debido a ciertos tratamientos que se utilizan para combatir el cáncer de mama, es posible que algunas mujeres a corto plazo sufran pérdida de cabello. Por otro lado, hay algunas mujeres que sufren decisiones más permanentes, como la pérdida parcial o total de un pecho o incluso de los dos. Cualquiera de estos tratamientos y decisiones puede afectar a la imagen de la mujer, pero la buena noticia es que hay remedios para poder minimizar estos efectos. Para la pérdida de cabello, se pueden utilizar accesorios como pelucas, sombreros, pañuelos, etc. Para la pérdida de pechos, se podría optar o bien por una cirugía reconstructiva del pecho o pechos perdidos, o bien se pueden utilizar pechos postizos o prótesis.

Recientes estudios afirman que una parte de la sexualidad de las féminas reside en el cerebro. Por lo tanto, proporcionando los estímulos adecuados y creando un ambiente relajado, se puede conseguir tener una vida sexual después del cáncer. Por ejemplo, gracias al sentido del tacto, las mujeres pueden seguir teniendo una vida sexual plena y satisfactoria, por lo que la estimulación de otras zonas del cuerpo diferentes a las afectadas por el cáncer, es una buena idea para cumplir con este propósito.

El mayor problema, como efecto de los tratamientos oncológicos, es la sequedad, que acaba produciendo dolor en la penetración. En parte, debido a que el cuerpo está en tensión al notar esa falta de lubricación. Esto abre el ciclo sequedad-dolor-malestar-falta de ganas-inactividad sexual, el cual se puede repetir, indefinidamente, hasta ponerle solución.

Es cierto que cada mujer es un mundo, pero, independientemente del tratamiento utilizado, los estudios afirman que la sensibilidad sexual casi siempre sigue activa en la mujer. Por ello, es viable mantener relaciones sexuales satisfactorias, aunque haya que adaptar algunos aspectos.

Luz al final del camino

La salud mental nos ayudará a no agotar nuestras reservas de energía y que la situación sentimental caótica no sea la que domine nuestra sexualidad. Mantener la intimidad en nuestras relaciones, tanto durante como después de esta experiencia, es fundamental para nuestra recuperación en todos los niveles personales.

Como recomendación, ante las nuevas circunstancias que deben afrontar estas mujeres, es muy importante no mantener el silencio, pues es el peor enemigo para tener una vida sexual plena y agradable. Encontrar el apoyo necesario en su pareja, amante, o incluso en los propios doctores o grupos de apoyo de gente que ha sufrido esta misma enfermedad, será un factor clave a la hora de afrontar estos hechos y adaptarse. Cuando se consiga eso, descubrirás por experiencia propia, que sexo y cáncer de mama no son incompatibles.

El médico es un profesional que puede orientar, en todo momento; y, una vez finalizado el tratamiento oncológico, abrir nuevas posibilidades después de la recuperación del cáncer para que tus encuentros sean igual de satisfactorios y con un físico similar al de antes; ya que ello es una gran ayuda para recuperar la autoestima postratamiento, como, por ejemplo, con la novedosa técnica DIEP.

Reconstrucción mamaria con técnica DIEP

Es una técnica de autotransplante de tejido de la propia mujer (normalmente, de la zona baja del abdomen). Es una opción cuando, a nivel psicológico, se ha aceptado la situación, pero se prefiere cerrar el proceso postquirúrgico con más fuerza, teniendo un completo bienestar físico.

En principio, es apta para pacientes con cicatrices por radioterapia y tiene la ventaja de que, al emplearse tejido propio, no necesita prótesis. Además, con el tiempo, la mama adopta una forma natural y evita retoques futuros, dado que todo el cuerpo envejece al mismo ritmo.