Consecuencias de dormir poco y la calidad del sueño
El sueño y más concretamente, la acción de dormir, es una necesidad del organismo para mantenerse saludable y conservar un equilibrio de las funciones corporales, psicológicas y cognitivas. El sueño es la necesidad de reponer la pérdida de energía durante las actividades del día, procesar información nueva y restablecer la homeostasis corporal. Entonces, ¿cuáles con las consecuencias de dormir poco?
Al dormir, se entra en un estado de inconsciencia que facilita la relajación e induce a la inactividad, sin embargo, de manera involuntaria nuestro cerebro y cuerpo siguen trabajando para ayudarnos a sentir descansados, regular procesos metabólicos y hormonales, restablecer conexiones neuronales, protegernos de enfermedades y mantenernos sanos. Por ende, las consecuencias de dormir poco incluyen desde cambios de humor y falta de memoria hasta problemas de salud a largo plazo.
¿Por qué es importante dormir bien?
Nuestro cuerpo consume energía y pierde fuerzas a medida que el día transcurre y entonces aparece el cansancio, dicha sensación de fatiga es completamente normal debido a que el cerebro y el organismo han estado activos durante muchas horas y necesitan reponer esas energías, recuperar fuerzas y reflexionar sobre toda la información y estímulos que recibieron durante el día.
El dormir poco o mal repercute de forma inmediata y tardía en nuestro bienestar, ya que con sólo un día de no dormir, el agotamiento físico y mental es mucho mayor, asimismo, con el paso de los días, nuestro cuerpo y cerebro se ven sometidos a mucho esfuerzo sin descanso por lo que se saturan y colapsan. En ese sentido, las consecuencias de dormir poco y mal afectan a todo nuestro cuerpo y lo hacen más vulnerable a enfermarse y presentar problemas sistémicos, es decir, que afectan a muchos órganos y funciones corporales.
- En el cerebro: el no dormir lo suficiente debilita las conexiones neuronales, no permite que el hipocampo, área de nuestro cerebro encargado de la memoria, pueda procesar la información, por lo que nos volvemos olvidadizos, mueren células cerebrales y se forman las placas que causan la enfermedad de Alzheimer y la demencia.
- En el sistema cardiovascular: la falta de sueño aumenta las probabilidades de sufrir de hipertensión arterial, un ataque al corazón e incluso un colapso cerebrovascular, esto se debe a que al no dormir el cuerpo acumula estrés y se origina un desorden hormonal que aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíaca.
- En el sistema digestivo: el insomnio provoca que las células grasas reduzcan la producción de leptina, la hormona encargada de saciar el apetito, por lo que la falta de sueño nos lleva a comer a deshoras y a aumentar el porcentaje de grasa en el organismo.
- En el páncreas: este órgano tan importante necesita del descanso nocturno para poder secretar insulina de forma adecuada y regular los niveles de azúcar en sangre, por lo que al privarnos del sueño, el páncreas desarrolla resistencia a la insulina y se incrementa el riesgo de padecer diabetes.
- En el sistema inmunitario: al no descansar lo suficiente o dormir mal el sistema inmunitario se debilita ya que no puede regenerarse durante el sueño, por lo que nos volvemos más vulnerables a enfermedades, infecciones y virus.
- En el sistema nervioso: el no dormir provoca en el cuerpo los mismos efectos que al tomar demasiado alcohol, lo que se traduce en un mal rendimiento cognitivo y motor, con pérdida del equilibrio, poca destreza visual, desorientación y falta de coordinación.
- En el estado emocional y psicológico: pasar mucho tiempo sin dormir aumenta la producción de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) en consecuencia, los niveles de serotonina y melanina (hormonas encargadas de la relajación) disminuyen y se producen cambios de humor, irritabilidad, ansiedad y con el paso del tiempo dichos efectos pueden producir trastornos psiquiátricos relacionados a la paranoia, la depresión y a las alucinaciones.
- En el deseo sexual: se reducen los niveles de las hormonas sexuales y la libido disminuye, alterando la capacidad de excitación y el deseo sexual.
Cómo afecta la calidad del sueño en el peso
La escases de sueño y el mal dormir incrementan la producción de la grelina, hormona dedicada a provocar la sensación de hambre y reduce la leptina,
encargada de la sensación de saciedad, este desequilibrio conlleva a consumir más alimentos de los necesarios, lo que termina en un aumento de la grasa corporal y favorece la obesidad.
Consejos para dormir mejor:
- Dormir temprano
- Cenar ligero
- No acostarse con hambre
- Realizar actividad física
- Acondicionar el dormitorio
Es importante el control del estrés para conciliar un mejor sueño. Intenta integrar a tus hábitos unos ejercicios de respiración que permitan relajarte antes de dormir.