Cómo hacer la transición a una dieta vegetariana

Tomar la decisión de iniciar una dieta vegetariana es producto de todos los beneficios que ésta puede aportar a la salud en general y más aún, en cuanto a la prevención de diferentes enfermedades de origen cardíaco y metabólico. Es muy bien sabido que las dietas vegetarianas son una alternativa mucho más saludable para los humanos, ya que excluyen productos de origen animal y basan la alimentación en productos de origen vegetal como las plantas, verduras, legumbres, frutas y demás alimentos orgánicos.

Un error muy común es pensar que una persona vegetariana excluye todo alimento proveniente de los animales, cuando en realidad, el término correcto para referirse a ese tipo de dieta, es la vegana. En cambio, una dieta vegetariana tiene muchas variables, dependiendo de los tipos de alimentos que excluya e incluya. Por tanto, un menú vegetariano puede variar en cuanto a eliminar por completo la carne de vaca, cerdo, pollo, pescado y huevos, pero permitir los lácteos; o excluir la carne de cualquier tipo pero consumir huevos y la otra opción es eliminar la carne de vaca, cerdo, pollo, huevos y lácteos pero incluir el pescado.

La importancia de la transición a una dieta vegetariana

Una buena transición a la dieta vegetariana es muy importante porque permite adaptar al cuerpo a las nuevas costumbres alimenticias y de forma progresiva. Por lo general, la mayoría de las personas, estamos acostumbradas desde niños a consumir carnes y el cambiar de ese tipo de comida a una dieta en la que debamos aprender a comer y preparar platos a base de verduras y vegetales, se torna difícil. Por eso, ese cambio de hábitos comienza con un “aprender a comer” que no es más que reeducar la mente y el cuerpo a un nuevo estilo de alimentación, el cual, a medida que pasa el tiempo, va a satisfacer las necesidades nutricionales del organismo y a proporcionarte un buen estado de salud.

¿Cómo reemplazar las proteínas de la carne en una dieta vegetariana?

Como mencionamos, el hacer la transición a una dieta vegetariana equilibrada es tarea difícil pero no imposible, y consiste principalmente en aprender nuevas formas de preparar las comidas y por supuesto, de comer. Por ello, lo primero que debes hacer es informarte, es decir, conocer mejor el mundo de la comida vegetariana, los distintos alimentos y sustitutos de la carne, probando sabores y experimentando con algunas recetas, mientras más conozcas, más irás descubriendo que se adapta o no a ti.

Otro consejo muy útil, es ir incluyendo pequeños reemplazos de los productos animales en las comidas de manera gradual, de esta manera, irás acostumbrando el cuerpo y el paladar a los cambios de textura y sabor, así como aprendiendo a cocinar otro tipo de comidas.

 

dieta vegetariana equilibrada

 

En ese sentido, para ir dejando el hábito de comer carne, aquí algunos consejos para sustituirla:

  • Elimina un animal a la vez: frecuentemente se inicia eliminando la carne de vaca, ya que es una de las menos recomendadas para el cuidado del cuerpo. Unas alternativas vegetarianas para sustituir la carne son el tofu, la soja o soya texturizada, y en los casos de las famosas hamburguesas, sustituirlas por las lentejas.
  • Crea un cronograma: para ayudarte a realizar el proceso de transición es recomendable por ejemplo, tomar un día para comer libre de carne, de esta manera te irás adaptando mejor y marcando tú propio ritmo.
  • Adapta los platos a la versión vegetariana: experimentar las distintas combinaciones vegetarianas que existen te ayudará a familiarizarte con los platos típicos y así podrás adaptar los propios a una versión libre de carne.
  • Frecuenta las tiendas de productos naturales: procura evitar trascurrir por la sección de congelados, charcutería o embutidos y más bien prueba pasear por las tiendas naturistas, verdurerías, fruterías y demás tiendas de productos orgánicos.

Entre los productos de origen vegetal que funcionan perfectamente para sustituir la proteína de la carne y proporcionar nutrientes al organismo se encuentran:

  • Legumbres: lentejas, garbanzos, cacahuetes, soja y sus derivados, guisantes y judías verdes.
  • Cereales integrales: quinoa, arroz, trigo, cebada, centenos, maíz.
  • Frutos secos: almendras, avellanas, nueces.
  • Huevo
  • Semillas: de girasol, calabaza, pistachos y sésamo.

Sea cual sea el tipo de dieta vegetariana a la que quieras adentrarte, el empezar con una correcta transición hará la diferencia entre adoptar esos nuevos hábitos a largo plazo o abandonarlos a medio camino.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *